Por: Ricardo Melgarejo
JUSTIFICACIÓN:
La justificación del problema en cuestión de esta investigación Verosimilitud de la escritura en la sociedad peruana, recae en la finalidad que quiero dar a entender: la formación de una democracia como meta lingüística, además de dilucidar la dicotomía existente entre lenguaje hablado y escrito, puesto que esta verosimilitud (lo que se quiere dar a entender) que está primando en la sociedad peruana —en las aulas de los centros educacionales, básicamente— hace que se le de una mayor significación al lenguaje hablado. El lenguaje escrito es tan importante como el lenguaje oral, ambas son armas liberadoras y del poder que si se usara para buscar el equilibrio lingüístico y se encaminara al desarrollo espiritual y crítico del hombre, entonces la situación aguda e inestable mejoraría.
JUSTIFICACIÓN:
La justificación del problema en cuestión de esta investigación Verosimilitud de la escritura en la sociedad peruana, recae en la finalidad que quiero dar a entender: la formación de una democracia como meta lingüística, además de dilucidar la dicotomía existente entre lenguaje hablado y escrito, puesto que esta verosimilitud (lo que se quiere dar a entender) que está primando en la sociedad peruana —en las aulas de los centros educacionales, básicamente— hace que se le de una mayor significación al lenguaje hablado. El lenguaje escrito es tan importante como el lenguaje oral, ambas son armas liberadoras y del poder que si se usara para buscar el equilibrio lingüístico y se encaminara al desarrollo espiritual y crítico del hombre, entonces la situación aguda e inestable mejoraría.
Objetivo general:
Conocer el grado de importancia que ejerce el arma liberadora y del poder en la vida del hombre y cómo, en su conveniente utilización, podemos llegar a ser ciudadanos del mundo.
I El saber ignorante: Ignari discant, ament meminisse periti[1]
Siempre ha sido de vox pópuli en el Perú que el habla se originó antes que la escritura —eso no lo discuto, aunque no haya sido por un amplio margen cronológico— y que se le considere más importante —eso es lo lamentable en nuestros tiempos. La teoría del Scire ignarus (saber ignorante) dada por Nicolás de Cusa en su Docta ignorantia (1440) se da a colegir que el ser humano se empecina en una verdad no admitiendo posibles contradicciones. Añadiendo lo que sentencia Gianni Vattimo (filósofo ítalo contemporáneo) en una entrevista periodística: «Las verdades absolutas pueden llevar a la destrucción del hombre […]; lo que debe primar son las medias verdades (diálogo)»[2]. Por ejemplo, esclareciendo lo aludido, en el choque de dos culturas, una de ellas afirma estar en la verdad (única y absoluta) y abogará por ésta hasta las últimas consecuencias, pudiéndolo acarrear a su propia asolación. Otra de las maneras en que una verdad absoluta puede llevar a la destrucción del hombre es que este advierte sentimientos de envidia hacia su semejante, denigrando la imagen de cuyo hombre cree estar en lo correcto (verdad).
Permitiéndome esta breve discreción, añado que lo que el hombre da crédito saber es limitado y, por este argumento, supone —inconscientemente— que no puede llegar a conocer todo, dando raíz a la desidia y sus ulteriores consecuencias.
Por ejemplo, con lo mencionado: A una persona que está maravillado por un determinado escritor —la manera de cómo escribe (uso del lenguaje) o por la gran monta de su obra, no viene al caso— se le muestra un texto de nuestra producción, con ciertas similitudes del tema que trata el escritor; se le pide que de un calificativo —por ejemplo, en una escala de 1 a 10—. El calificativo es 5. No obstante, producimos otro texto, pero esta vez se le dice que es producción de su escritor favorito y se hace todo el procedimiento previo. El calificativo ahora es 10. ¿Por qué el cambio radical.
Lo ejemplificado demuestra —sin mucho rigor científico— que las personas se circunscriben en una esfera de verdad absoluta, no admitiendo todo lo que le sea extraño a ella, por ejemplo la iglesia —como se verá más adelante.
Volviendo a Vattimo « […] lo que debe primar son las medias verdades: el diálogo», claro esta, el ser humano acepta una verdad absoluta, pero con eso se desvía del pensamiento crítico que sólo lo da la investigación a través de diversos medios (no sólo uno o unos cuantos)
Pasa lo mismo en el caso de la dicotomía existente entre el habla y la escritura.
II La dificultad de la dicotomía: habla vs. Escritura
Para esclarecer esta dicotomía existente entre habla y escritura, debemos partir de que es muy complicado establecer hasta las mismas definiciones; puesto que, como afirma Ortega y Gasset en su obra El hombre y la gente (1983): «[…] el hablar y escribir es una constante contradicción de lo enseña la gramática —gramáticas, según otros autores— y define el diccionario, hasta el punto que casi podría decirse que el habla consiste en faltar a la gramática y exorbitar el diccionario» y, agregando lo que asevera Joseph Vendryes (lingüista francés) en su obra Lenguaje, introducción lingüística a la historia: «uno escribe como los demás escriben»; quedaría claro, entonces, que en teoría indicaría lo que realmente son, pero sólo con el proceso de socialización adquieren sus real significación: armas violadores de la gramática.
III Visión general de la evolución de la escritura: Arte y escritura
Después de una transformación en el cosmos físico de los Andes acontece la extinción de la megafauna y megaflora, empezando a nacer una nueva. Nacen nuevas costumbres en el hombre prístino —aun trashumante— como la habilidad de la caza y la agricultura; utilización de instrumentos que simplificaron la faena prístina (lanzas, anzuelos, etc.).
El hombre prístino iba adaptando su cosmos; ocurría en este proceso, una asimilación de nuevas técnicas, osea iba perfeccionado sus habilidades. Así, el arte emergía como un uso natural de las cosas que, en mencionado proceso, ocurriría la imitación —de ahí la teoría mimeista[3]— de las formas de la naturaleza para crear instrumentos y demás.
Luís Guillermo Lumbreras hace referencia en su obra Orígenes de la civilización en el Perú: «Ellos hacían unas “puntas” en forma de pescado, muy hermosa y quizá tenían sus antepasados en unos viejos cazadores de los llanos norteamericanos […] El hombre que puede cazar con dardos, no tiene que esperar que los animales mueran para consumirlos; además no tienen que aproximarse a ellos para matarlos, si sus dardos pueden ser arrojados con un propulsor.[…] Hacer esas “puntas” no es fácil, requiere de una técnica especial y mucha experiencia; hay que saber dónde golpear la piedra, con qué intensidad y en qué dirección; hay que saber escoger las piedras. No es un trabajo sencillo; requiere muchos conocimientos…»[4]
Siendo así, se explica el porqué el hombre es el depositario del pasado natural; ergo, las obras (espíritu objetivo) que produjo nacieron en una realidad (momento) —gracias a su espíritu subjetivo (ideas) — que, al ya dejar de serlo, se convierten el cultura de la humanidad.
Ulteriormente, el prístino trashumante se vio en la necesidad —por razones del factor naturaleza, como ya sabemos por los estudiosos— a hallar un lugar de residencia. Las cuevas o antros en las cuales se dio origen al lenguaje simbólico (capacidad sígnica) o iconográfico.[5]
Sin embargo, no era hacedera la ubicación de estas —afirma Lumbreras—, existiendo cierto recelo al descubrir una. Por eso, ahora, los semi-trashumantes representabas imágenes como marca o sellos diferenciadores de bandas; en estos trasmitían diversas leyendas de generación en generación. […]
Ahora bien, de bandas prístinas evolucionan a comunidades comunitarias, gracias a que aparece la propiedad” —primero individual, dice Lumbreras, que luego se tornaría colectiva en defensa de las tierras de cultivo—. Para culminar este desarrollo cultural, aparecen dos nuevas artes, arquitectura y cerámica. […]
Posteriormente, la escritura se torna pictográfica —donde los dibujos ya son distintivos y escasamente dan a entender alguna idea: paso importante para los ideogramas—; por ejemplo: la pictografía china —en realidad no está muy claro la antigüedad de este sistema de escritura, puesto que algunos caracteres (signos) han desaparecido por causa del material empleado: bambú, huesos, etc.
En el caso de los ideogramas, son otros sistemas de escritura que funden una idea en determinados signos, pero que no poseen ninguna relación semejante.
Los sistemas de escritura perfeccionados —en relación con el sistema de escritura alfabético y sus coetáneos, me refiero— poseen características de los otros sistemas escriturales anteriormente mencionados. Estos sistemas escriturales llegaron a ese grado de evolución gracias a la selección humana con el fin de perfeccionar o simplificar dichos sistemas. Según Vendryes afirma que el silabismo y el alfabetismo son las características de nuestros alfabetos actuales. Mientras que Dante Sifuentes en su obra Gramática del español y competencia lingüística (2005) separa los elementos característicos de la escritura alfabética —según Vendryes— y los considera como diferencias significativas del alfabeto. Si bien es cierto que la escritura alfabética se diferencia de otros sistemas escriturales por su carácter […]
Además, la escritura no nace cuando el hombre dibuja por dibujar; nace cuando la imagen (dibujo) representa el emblema del mundo objetivo (cuando poseen significante: denominación). Es así cómo la escritura nace en su esencia más pura.
Sin embargo, el hombre usaría la escritura como un arma de poder para el sometimiento del mismo hombre, de la población, de los países…, para originar, así, la antidemocracia; lo mencionado líneas arriba, se puede observar en el pasado y en la actualidad.
IV Escritura: arma de poder y de la liberación
Ciertamente, los pueblos que desarrollaron la escritura —ya sea por causas externas o intencionales, eso no viene al caso ahora—, llegaron a un cierto grado de desarrollo (político, económico, social y cultural). La Cultura Maya —cultura no contemporánea a la de los Incas— tuvo un gran desarrollo cultural, porque utilizaron la escritura (arma de desarrollo y a la vez de sometimiento) para cohesionar a su población originando así los cimientos de la democracia. En el caso de la cultura Inca se manifestó lo contrario: se generaba una concentración del desarrollo sólo en la político-social, pero no en lo cultural (la educación era privilegio de la élite Inca).El desarrollo y la democracia (igualdad de aspiraciones) era heterogénea.
Los Incas poseyeron un tipo de escritura: los quipus —aunque no es muy segura esta aseveración, puesto que no se encuentra en un punto fijo en la evolución de una escritura (pictográfico, jeroglífico o fonético) — numérico, caracterizándose por su carácter nemotécnico.
No obstante, Fernando Montesinos afirmó: «existe otro sistema de escritura: los quilcas (hojas de árboles, según Montesinos) —no se sabe con exactitud en qué año apareció; si es coetánea o no a los quipus— eran un tipo de escritura, que se vulgarizó y que, al romperse su esoterismo, fue prohibida por influjo de la clase sacerdotal o sobrevivieron a catástrofes que la hicieron olvidar.
Montesinos acertó, en está afirmación, puesto que la clase que manejó el poder, no le era de agrado que la masa analfabeta (casi la totalidad de la población) usara a la escritura como un arma liberador para, así, sublevarse del yugo.
Para elaborar un sistema de escritura, no sólo implica —como se quiere dar a entender— el conocer una lengua hablada, sino, también, se requiere otras condiciones (necesarias). Estas son: un amplio desarrollo cultural, o sea el material escritural tangible dejado por la historia; gran cantidad de población, para el perduramiento de la escritura; la creatividad, es la condición más importante, puesto que, gracias a ésta, la escritura ha podido desarrollarse para poder llegar así a constituirse como un saber necesario.
V La escritura como intrumento para la democracia Cultural
La escritura implica ser una persona letrada, por lo mencionado anteriormente; y a la vez, una persona alfabeta en cierta medida. Sin embargo, en la actualidad no basta poseer la escritura (herramienta para ejercer el poder) para poder expresar lo que se siente (emociones); además, esta necesita poseer una “literacidad”. La literacidad hace posible que se pueda transmitir, adecuadamente, las emociones, o sea en pocas palabras hacer posible la comunicación.
En comparación con las sociedades letradas, los no letrados eran sociedades emocionales —sociedades en donde primaba la creencia de ciertos mitos y rituales—, dando a entender que las convicciones emocionales estaban muy por encima de las racionales: las sociedades emocionales son en, la praxis, fáciles de someter.
Se necesita, para la formación en democracia: una consiente cultura escrita y cultura oral; sin embargo, ésta genera a la vez marginación, puesto que margina a los “no letrados”, generando así, la sumisión de éstos ante “los letrados” —propia en la sociedad peruana, desde tiempos del Imperio Inca hasta la actualidad—; se utilizó la palabra (escrita u oral) antiguamente con los conjuros para llamar a alguna divinidad y explotar, así al pueblo.
Esta mansedumbre es aún más notorio en los libros sagrados —en el caso de la escritura— como la Biblia, demostrando así que el lenguaje es la esencia de lo divino, Dios.
Sin embargo, esta arma liberadora y del poder, necesita del factor cultural, para que cumpla su función básica —según mi perspectiva—: la formación de la democracia; puesto que. Si hay mayor cultura —en el sentido de adquisición de conocimientos— va haber mayor conciencia critica de la realidad global y, por lo tanto, el numero de países tercer mundistas en lo educacional (necesario para lo económico, político y social) disminuiría considerablemente, originando una igualdad de aspiraciones (democracia). En conclusión, el factor cultural nos convertiría en ciudadanos del mundo.[6]
La cultura escritural es el “producto” del lenguaje —necesariamente, perfecto—; no obstante, ésta surge de la necesidad con adquirir una nueva forma de comunicación, pero que hoy en día es todo un reto de hacerlo, porque la escritura, lamentablemente, evoluciona a cuentagotas.
La escritura se pondrá por encima de la lengua cuando haya dudas para establecer las diferencias entre ambas, puesto que la lengua hablada tendrá que basarse de la escritura para encontrar dicha diferencia. Además gracias a lo ya mencionado, la escritura adquiere su característica básica: la representación del sonido; esto hace que posea más privilegio que la lengua hablada.
VI Beneficios de la cultura escrita en la sociedad peruana
Sin embargo, la escritura da un prestigio; pero determinará también, el grado de educación que poseemos —para diferenciarnos con los demás países, es lo más importante para la finalidad del país; sin embargo esto será posible si existe una norma conciente que se tendrá que dar con la ayuda de la escritura y el uso de un buen habla; porque sólo así, se podrá salir del estado deprimente y vergonzoso de la educación en la sociedad peruana.
Por su parte Francis Bacón afirmó lo que ad litteram dice: “la lectura hace al hombre completo (pleno); la conversación (el discurso), ágil, y el escribir, preciso (exacto)”; no obstante, para lo que afirma el filósofo inglés, se es necesario fundir los tres elementos citados en uno solo, dando origen a las ya conocidas —pero no practicadas— practicas lectoescriturales.
VII Prácticas lectoescriturales: tarea conocida pero no practicada
Sin embargo lo que se pretende, comúnmente, al hacer estas prácticas lectoescriturales, es que el individuo sepa leer y/o escribir. Lo que debe tratar de hacer es que: el individuo sea capaz de razonar y poseer conciencia crítica; para esto, el plan lectoescritural deberá cumplir con las siguientes expectativas:
Ø El plan lector y/o escritural, no puede ser considerado como una obligación para alcanzar etapas superiores en el aspecto laboral o profesional, si se tomaría conciencia acerca de dicho plan, se abrirían nuevas puertas para una mayor adquisición de conocimientos a corto plazo.
Ø Debe cumplir una función de orientación de las acciones, puesto que sólo así tanto lectores como escritores estarán en la capacidad de poseer una formación adecuada en cualquier tipo de circunstancia en un caso específico.
Ø Se podrá llegar a la producción de textos, y que gracias a la capacidad crítica, éstas no serán una mera copia, sino, algo propio.
Ø La escritura debe ser un objeto de enseñanza y no de medición de conocimientos, puesto que lo que se pretende como objetivo general, es pues, que el individuo practique y que no le sea esquiva aprenderla; para que no se convierta en una mala herramienta de poder de algunos privilegiados.
Ø Debe proveer e incentivar el descubrimiento, sobre el propio pensamiento; puesto que, tanto escritura y habla no son algo pasivo o sincrónico; sino, tanto escritura como habla se deben interpretar, reinterpretar las veces que sean necesarias, a base de nuestro pensamiento y no de los demás.
Es importante saber que lo que está importando, actualmente, no es saber si la escritura se ha estancado y/o malogrado; sino, lo que importa es saber si la enseñanza de la misma ha mejorado. La enseñanza de la escritura se da, básicamente, en la escuela primaria y queda relegada en las escuelas secundarias y en las universidades.
La enseñanza de la escritura, aparece totalmente relegada en las aulas de clase de las escuelas, porque los maestros sólo les interesan que sepan escribir correctamente, sus alumnos, pues sólo con eso —según ellos— ya están preparados. Sólo les interesa que la escritura sea un instrumento de comunicación, y que tienen que aprender a hacerlo, si continúan por ese camino —erróneo, obviamente— no estarán cumpliendo con su función básica que es: enseñar, o sea ser el guía o ayudante facilitador de conocimientos objetivos para la formación de la aptitud crítica de su estudiantado.
No obstante, la labor que cumplen los padres, es de suma importancia —porque, son éstas los primeros agentes de transmisión de cultura y, a la vez, los primeros educandos—, pero que en nuestra sociedad; poco importa a los padres lo expuesto.
La solución —única— que se propone es que los padres no se conviertan en personas autoritarias y que incentiven los hábitos y costumbres de la escritura, y no les impidan escribir, puesto que sólo consiguen que el individuo no posea el arma del poder (escritura) y se convierta en otro sumiso más en nuestra tísica sociedad peruana que requiere comida de conocimiento que nuestros padres con ayuda de los educandos están en la labor de alimentar.
VII la cultura de la imagen: ¿beneficio o perdición?
En la actualidad se dice que está primando la cultura de la imagen —para otros: la cultura de la videocracia. El imperio de la imago no es fenómeno reciente, en los años setenta en Italia se hizo un estudio sobre los medios de comunicación y influencia con los niños; este, arrojó que la falta de comunicación oral de los padres para con los hijos era la causante de la dependencia de los medios de comunicación visuales; no obstante, la diferencia generacional hacia que no haya una comunicación entre padres e hijos, por ende, la confianza entre ambos no se imponía, así, los hijos tenían que buscar cierta seguridad y confianza en otros lares. Los medios de comunicación eran el padre sustituto de los hijos; estos imponían informaciones —sean aseverativas o no, eso no viene al caso— que siempre son captadas como verdades universales. [7]
Con lo mencionado, se puede aseverar que la función de la palabra —sea escrita u oral—, en nuestra sociedad, no es tomada en consideración como una problemática, no sólo en el aspecto educacional, sino también en el plano familiar. La comunicación unilateral —nos hace agentes pasivos de información —está primando en los medios de comunicación, por lo tanto la comunicación directa —necesaria para el desarrollo personal y psicológico de los hijos— está decayendo poco a poco; podría traer como consecuencia la incomunicación humana y la vernaculización —orales y escritas— de algunas lenguas.
Educación, democracia en el Perú
Las reformas que se hicieron para la educación, posen una visión arbitraria de la realidad; no tienen —como afirma Frederic Nietzsche— la visión critica del pasado. «Un país que olvida su historia (su pasado) vuelve repetirla». La citada visión, propone amistarnos con nuestro pasado; no quiere decir que nos olvidemos de los problemas del ayer, sino valorarlos. Debemos hacer —como sentencia Patricia Ames— la convivencia con los problemas (las diferencias); porque, no se puede cambiar el pasado, sólo se debe valorar el presente para cambiar el futuro.
Las ideas de copia o las políticas de “hacia fuera”, tuvieron malos resultados camuflados en buenos resultados; el costumbrismo de corto plazo es “la marca comunitaria” de países subdesarrollados. Por eso, el inmediatismo llevó a observar dichas reformas como válidas en un proceso que es a largo plazo. El mundo estaba girando al cambio, el Perú seguía con esa esencia de lo indefinido, donde sus ideologías y costumbres siguen igual.
Mencionado está, el Perú no estaba adecuado al cambio global. Andrés Oppenheimer hace, acertadamente, referencia: «en Asia ven a la economía global como un tren en marcha, en el que uno se monta o se queda atrás». Es por eso, que se tuvo como consigna populista no volver a la educación tradicional y hacer apología a la escuela activa. No obstante, detrás de la realidad, háyase la sombra. «Los mudos receptores salían de la cápsula muerta sólo para servir con mayor eficacia a los opresores», agrega Hermoza Luccini. Concluyendo, así, que la educación era y es pre-esclavista.
«No temas ir despacio, teme tan solo detenerte», dice un proverbio chino. Los primeros síntomas de recuperación hicieron ver a la escuela tradicional como “buena” para la educación, sólo su muerte desenmascaró su lúgubre realidad: así, aparece la escuela nueva, como un giro de 360˚.
La escuela activa — o nueva, según algunos estudiosos— recogía pensamientos renovadores de la época. Es conveniente agregar que «no importa que se salven o no los tesoros de la cultura, o que la cultura sea nuestra o no (las ideas en sentido estricto): lo importante es que nos salve», dijo Guillermo Dañino en una entrevista televisiva.
Juan Jacobo Rousseau —señala Hermoza Luccini— era y es el máximo representante de la escuela activa. Cierto es que Rousseau influyó e influye en la historia, como lo señalan diversos estudiosos del ginebrino; « (…) causaba agitaciones políticas. La furia española se ensañaba con él», sentencia Ruiz Zevallos.
En el proceso histórico, en donde el principio de libertad aparecía como un idealismo utópico, Rousseau aparece como un anormal en un mundo normal (que era anormal). Paine, uno de los representantes del pensamiento rousseauniano, menciona: «el procedimiento más efectivo más efectivo consiste en mejorar la condición del hombre apartir de sus intereses». Por eso, con cierta razón, se hace efectiva las palabras de Aristóteles en su Ética a Nicómaco que las virtudes (hábitos) que tendrá el individuo, tiene que encaminarse según el deseo. Deduciendo, que, la escuela activa tiene como principales actores al alumnado, que deben buscar su “bien” según sus ideales —y no el de los demás—, siendo este un bien pasajero, permitirá el desarrollo de todas sus facultades teórico-prácticos con ayuda de los vectores del conocimiento mediante su vocación pedagógica.
Ciertamente, fue y es un ideal la comunicación bilateral o coloquio en las aulas. Victor Andrés Belaunde en su libro Realidad nacional añade al respecto: «Una universidad (institución superior que arraiga conocimientos —si se quiere dar a entender así— a los demás centros de enseñanza) realmente moderna, requiere la aplicación de nuevos métodos. Nosotros no hemos tenido hasta ahora sino el de la llamada lección magisterial o la disertación. Tal método necesita ser remplazado por la más activa cooperación entre maestros y discípulos, por la asignación de trabajos a estos y por el establecimiento del seminario para estudios especializados»…
Religión y escritura
«El provindecialismo surgió el mismo año de la muerte de Atahualpa. Los españoles justificaron la caída de l Imperio Inca con argumentos carismáticos. En tal sentido no algunos, sino todos los conquistadores pensaron que Dios lo había determinado así (…)», dijo Espinoza Soriano en La desaparición del imperio de los incas.
El poder que ejerció la Religión para la dominación de la masa indígena —nadie lo discute— sirvió para establecer un lazo entre el mundo occidental y americano. Además de obtener una nueva identidad nacional a base del mestizaje y espíritu religioso, como señala Andrés Belaunde.
Sin embargo el contacto con la religión cristiana (catolicísimo) —específicamente con el medio de comunicación escrito: la Biblia—, el primero, fue como asegura Patricia Ames: “muy doloroso”; a partir de aquí se puede considerar el enfrentamiento de la cultura oral (de los indígenas) y la cultura escrita (de los españoles). Sin embargo, este contacto inicial, generaría una reacción frente al dolor, empezándose el culto popular —o mariano como afirma Belaunde— hacia el Dios cristiano. Es mas, se estaba produciendo los primeros indicios de fusión, ya mencionado, de dos religiones, la pagana y la cristiana. Mas la asimilación se tornó relativa al existir oposición a una religión multifacética idealizada por los indios.
Al respecto senala juan Carlos Estensoro Fuchs en su libro Del paganismo a la santidad: «La pieza clave fue privarlos del acceso (a los indios) al secerdocio (que no se negó a los conversos judíos ni moriscos), verdadero cerrojo, barrera definitiva para impedir que pudieran completar el ciclo institucional quedando tosa búsqueda de autonomía religiosa, en términos ortodoxos, definitivamente bloqueada durante mas de dos siglos y todo intento en ese sentido condenado a ser anatemizada de cismático, herético o idolátrico»...
Es de vox populi por el Estado de tener como imperativo categórico el de impulsar las practicas lectoras y escritas (lectoescritura) como una ,manera de fomentar las acreditadísimas programas de alfabetización. Son dos aspectos que deben de abordarse en uno solo —a esto alude Delia Lerner cuando esclarece las diferencias entre analfabetismo en sentido estricto y analfabetismo en sentido general.
Menciona la escritora: «[...] para decirlo en nuestros términos —en relación con el analfabetismo— , entre “apropiación del sistema de escritura” y “desarrollo de la lectura y la escritura”. Esta separación es uno de los factores responsables de que la enseñanza en los primeros grados se centre en la sonorización desvinculado del significado y que en los grados posteriores se exija en la comprensión del texto sin haber preparado a los alumnos para esta exigencia, ya que la comprensión es evaluada pero raramente es tomada como objeto de enseñanza [...] Por tanto, desde el principio, la escuela debe hacer participar a los chicos en situaciones de lectura y escritura [...]»
Ahora bien, las aludidas practicas permiten, por un lado, estatuir un hábito que si son encaminadas ordenadamente hacia un fin determinado —según el deseo— con la debida prudencia se convierte en una virtud o arma para hallar la felicidad y para arrostrar el problema del porvenir.
Pero esta orientación hacia un fin determinado —esclareciendo que no es un fin (bien) ultimo, sino pasajero como se mencionó páginas atrás— no es sólo el empleo de la inteligencia (en sentido estricto) para adquirirlo, ¡no!, sino se hace necesario, también, que las emociones se encaminen hacia el. Daniel Goleman citando a Mihalyi Csikzentmihalyi quien dio el significante a lo expuesto como “flujo” o estado de olvido de sí mismo para desarrollar determinadas actividades (concentración) —lógico que esto cuando existe una iniciativa hacia el deseo.
He ahí el lado negativo ¿Qué pasa cuándo el proyecto —en su aplicación— no llama la atención? ¿Por qué —si llama la atención— se va desvaneciendo en el intento?
Ocurre que el aburrimiento (enfermedad de la metrópoli) —como diría Goleman— excluye al individuo a poder lograr lo que busca; los alicantes que “alguien” emana no le exigen mucho esfuerzo mental y emocional.
Haciendo una digresión en el tema, como ya se mencionó, es una enfermedad de las ciudades, pero que casi nunca aparece en las sociedades cerradas (tribuales o primitivas) en el que no existe el sentimiento renovador, puesto que se circunscriben en ideas arcaicas o verdades absolutas excluyendo todo lo que le sea impropio. Un mundo en donde nada cambia —es la esencia de lo indefinido como se señalo anteriormente.
Por eso, como dijo Tao Te King que sólo es el individuo quien puede revertir esta situación, dando un verdadero sentido al vacío (aburrimiento).
Muy cierto pero dicho individuo necesita de los estímulos necesarios para poder hacerlo por iniciativa propia. He ahí la participación del “alguien” quienes son los transmisores de cultura y estimuladores de emociones (padres, educadores, medios de comunicación)
Si alguna actividad no llama la atención —por el modo de enseñar a consecuencia de la paupérrima vocación pedagógica— da a lugar al aburrimiento que obstruye al estado de flujo; es aquí cuando el individuo a ver distintas elecciones [...]
[1] El significado de esta locución latina es: “aprendan los ignorantes, téngalo presente los doctos”.
[2] Entrevista a Gianni Vattimo, por Jorge Paredes, publicada por El comercio, 25 de febrero de 2007.
[3] La teoría mimeista o mimesis abordada por Aristóteles —con relación a las artes griegas— inspira a imitar las formas del mundo real (naturaleza); no debiendo desvincularse de esta, puesto que carecería de naturalidad.
[4] L. Guillermo Lumbreras, Op. cit., págs. 36-38.
[5] Como señala Íbico Rojas en su libro Teoría de la comunicación: «el icono, clase de signo, es motivada por la forma del objeto denotado». Por eso, el prístino miraba a la forma del objeto o de algún fenómeno reedificándolos —es el deseo de trascendencia— y sacralizándolos. Siendo así, la forma —de la imagen— poseía la necesidad psíquica del prístino.
[6] L. Jaime Cisneros, “Lectura, lenguaje y democracia”, La República, 25 de mayo de 2006.
[7] Entrevista a la Dra. Cristina Portocarrero, por Marco Aurelio Denegri, emitido por TV Perú, 12 de enero de 2007.
[2] Entrevista a Gianni Vattimo, por Jorge Paredes, publicada por El comercio, 25 de febrero de 2007.
[3] La teoría mimeista o mimesis abordada por Aristóteles —con relación a las artes griegas— inspira a imitar las formas del mundo real (naturaleza); no debiendo desvincularse de esta, puesto que carecería de naturalidad.
[4] L. Guillermo Lumbreras, Op. cit., págs. 36-38.
[5] Como señala Íbico Rojas en su libro Teoría de la comunicación: «el icono, clase de signo, es motivada por la forma del objeto denotado». Por eso, el prístino miraba a la forma del objeto o de algún fenómeno reedificándolos —es el deseo de trascendencia— y sacralizándolos. Siendo así, la forma —de la imagen— poseía la necesidad psíquica del prístino.
[6] L. Jaime Cisneros, “Lectura, lenguaje y democracia”, La República, 25 de mayo de 2006.
[7] Entrevista a la Dra. Cristina Portocarrero, por Marco Aurelio Denegri, emitido por TV Perú, 12 de enero de 2007.
Referencias bibliográficas
ANDERSEN, Dan. Enseñanza de la escritura. Ed. Cadel. Buenos Aires, 1970
BARNECHEA, Alfredo. La república embrujada. Ed. Aguilar. Lima, 1995
BELAUNDE, Víctor. La realidad nacional. Ed. Orbus ventura. Lima, 2005
CHARTIER, Anne. Enseñar a leer y escribir. Ed. Fondo de cultura económica de México. México, 1999
DE SAUSSURE, Ferdinand. Curso de lingüística general. Ed. Losada. Buenos Aires, 1945
DOTTRENS, Robert. Enseñanza de la escritura. Ed. Espasa-Calpe. Madrid, 1934
ESTENSSORO, Juan. Del paganismo a la santidad. Ed. IFEA. Lima, 2003
FILCO, Lourenco. Test ABC. Ed. Kapelusz. Buenos Aires, 1952
GOLEMAN, Daniel. La inteligencia emocional
HILDEBRANDT, Martha. Peruanismos. Ed. Moncloa-Campodonico. Lima, 1969
LERNER, Delia. Leer y escribir en la escuela. Ed. Fondo de cultura económica de México. México, 2001
OPPENHEIMER, Andres. Cuentos Chinos: El engaño de Washington, la mentira populista y la esperanza en América Latina. Ed. Sudamericana. Buenos Aires, 2006
PORRAS, Raúl. Fuentes históricas peruanas. Ed Inst. Raúl Porras Barrenechea. Lima, 1963
ROJAS, Íbico. Teoría de la comunicación. Ed. CECCPUE. Lima, 1997
RUIZ, Augusto. Rousseau en el Perú. UNFV (Serie de ensayos). Lima, 2003
SANTILLANA. Lengua y comunicación. Ed. Santillana. Lima, 2005
SIFUENTES, Dante. Gramática del español y de competencia lingüística. Ed. Eq. Graf. Lima, 2005
VELS, Augusto. Escritura y personalidad. Ed. Herder S.A. Barcelona, 1997
1 comentarios:
Acabo de leer la justificación de tu trabajo.
Intentaré leerlo en estos días.
Gracias por publicarlo.
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Gracias por leer la entrada!!! (Ricardo)